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LA CIUDAD INVISIBLE ~ La más habitable de todas las ciudades

«Ella»

«Ella»

Cuando al fin la vio se quedó petrificado. Había soñado con ese instante docenas de veces durante los últimos dos años, pero ahora que la tenía al alcance de sus manos, la ansiedad apenas le permitía acercarse.

«Cálmate —se dijo—. Toda tu felicidad y tu futuro dependen de este momento, de lo que ella quiera responderte. Así que adelante, sin miedo». Con las piernas laxas y el corazón acelerado hasta lo imposible, alargó las manos hacia el objeto de su deseo. La cogió, la atrajo hacia él y comenzó a recorrerla con los dedos. Ella, a cambio de su atención, revelaba despiadada los nombres de otros. Incluso, con una perversidad refinada, le aseguraba que prefería a otras antes que a él. Estaba a un paso de enloquecer, de perder los estribos y destrozarla con sus manos. Había sufrido tanto por ella, se había sacrificado hasta tales límites que no podía negarle su favor otra vez, no podía...

Y, en efecto, no pudo. En la última página, camuflado entre tantos otros, leyó al fin lo que ansiaba: «López Sánchez, Alberto - DNI 97612657 - 7,85 puntos». Henchido de felicidad, se despidió de la lista demoniaca con un hasta nunca y corrió hacia una cabina telefónica. Introdujo las monedas con dedos temblorosos y, cuando escuchó la voz que le contestaba, gritó: «Cariño, ¡he aprobado las oposiciones!»

Dedico este minicuento a todos aquellos que, como yo, pelean por aprobar una oposición.

Y sobre todo a mis familiares y amigos, a los que tengo la cabeza como un bombo. Disculpadme: quizá este pequeño cuento os ayude a comprenderme.

2 comentarios

Carmen -

¡Cómo no identificarme contigo si he pasado por ello!
Has visto tu futuro.
Ánimo.

Conrado A. -

En fin... que te voy a decir querido amigo de desventuras, aventuras, y otros menesteres infrahumanos.
Un abrazo y ánimo.